¿De qué escribir? ¿De mi vida en otro país? ¿De cómo me miro en una sociedad que no es
la mía? ¿De una cultura
que aunque no es tan diferente, nunca va a ser igual a la de nosotros? Hablar
con pesimismo y nostalgia o hablar con fe en el futuro y con la mira puesta en
mi objetivo? Mi vida está llena de interrogantes en estos momentos. Cada día,
cada hora se me abre un signo de interrogación.
Tenía ratos de no
escribir en el blog, no sé porque, los que me han leído saben que no es
estilizado ni quiere dictar cátedra, son simples alaridos de un amargado. Fue buena
idea garrapatear cuatro locuras, sirvió de catarsis aunque no hayan tenido una pizca de
coherencia. Brindo por el hoy y por el mañana, aunque sea desconocido, incierto
y tal vez ni exista, brindo porque las metas nunca se nos hagan fáciles, pero
tampoco imposibles. Brindo por mi cursilería y brindo porque regresé a la
Tierra de las naranjas. Ya me hacía falta.
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