viernes, 11 de febrero de 2011
¿Cuál es la receta?
Los últimos acontecimientos en Túnez y Egipto tienen al mundo asombrado. Manifestaciones cívicas y sin violencia, bueno, al menos de parte de los protestantes, han hecho tambalear a dictaduras con más de 20 años de longevidad. Y la campana sigue alertando a países de esa zona del planeta, tales como Yemen y Jordania.
Se están dando revoluciones online, las principales cadenas mundiales tienen websites dedicados exclusivamente para darle cobertura a estos hechos. En fin, estamos viendo como se desenvuelve la historia como dijo Obama, Presidente de uno de los países que mantuvieron a flote y por intereses estratégicos a esas tiranías.
Por otra parte, a miles de kilómetros de esos hechos, los nicas nos debatimos, o más bien nos batimos entre nosotros para escoger a un líder que nos guíe en estas elecciones. Yo sé que hay que respetar y apreciar la democracia, por eso no pido que nos insurreccionemos y derroquemos al Presidente Ortega. Su mandato termina el 10 de Enero del 2012. A lo que tengo derecho es a exigirle al Primer Ciudadano de la Nación que respete las leyes y el juego democrático que lo llevo al poder. Simple y llanamente, creo que no es mucho pedir. El Sr. Daniel ha venido haciendo lo que se le antoja con la Constitución. Por ejemplo: tiene tres prohibiciones para correr como candidato de su Partido en estas elecciones de Noviembre y sin embargo ha decidido ignorarlas olímpicamente. Estas son: La reelección continua en Nicaragua es ilegal, así como presentarse a elecciones presidenciales cuando has servido dos veces en el cargo. Otra pequeña piedra en el zapato que tiene es que para correr como candidato tendría que renunciar un año antes de los comicios, cosa que no ha hecho. Pero esto parece importarle poco. Como también a los falsos líderes de la oposición. Otro grave problema que tiene Nicaragua es la intestina guerra de un grupo de facinerosos sedientos de poder, capaces de vender sus ideales por un ministerio, una diputación o la Vicepresidencia. Estos inútiles se encaraman en el caballo y no quieren bajarse nunca. Para noviembre, al paso que vamos, la boleta tendrá al menos 4 casillas. Una del sempiterno candidato del Frente, en esta ocasión con una candidatura ilegal. Otra para el insistente Arnoldo Alemán, la del candidato de “consenso” Fabio Gadea que dijo que sería candidato si era el único candidato de la oposición, tremendo mentiroso. Y la de Enrique Quiñónez Tuckler por el ALN, quinta columna del FSLN.
¿Pero cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué parece que no nos interesa el futuro de nuestro país? ¿Cuál es la receta que hay que seguir para exigir cuentas claras? Es necesario que llamemos a los egipcios y a los tunecinos para que nos digan paso a paso las medidas a tomar para demandar transparencia y respeto a nuestras leyes.
En estos momentos, dos iniciativas andan por nuestro país, una virtual y una real. Para el 25 de Febrero se está convocando a una “Marcha Virtual” en la cual se debe prestar tu cuenta en una red social para poner lemas contra la ilegalidad, la reelección y para exigir observación electoral. La otra es la recolección de firmas para presentar una iniciativa en la Asamblea Nacional de la “Ley para garantizar la observación electoral”. Parecen cosas triviales, pero podrían significar el levantamiento de un pueblo aletargado, cansado de guerras y Mesías. Está en vos, ciudadano, escoger entre el respeto a la ley o la humillación de la misma. Lo primero que hay que vencer es el miedo, después no nos detiene nadie.
viernes, 4 de febrero de 2011
De Facebook, grupos, amigos y otros demonios.
En estos días ha estallado una noticia un tanto infantil, con pizcas de dramatismo y cuatro cucharadas de ridiculez. Un grupo o una persona, no sé, ni me interesa saber quién se ha hecho responsable de la creación de las morbosas páginas, ha creado un debate sobre el tipo de individuos o con qué fines se utilizan las redes sociales. De repente salen los elitistas, los qué se encuentran más desubicados que un musulmán en una procesión del Santo Entierro. Estos sujetos opinan que se debería de prohibir el acceso a determinado tipo de personas. No sé qué escala o qué condiciones implementarían estos para determinar quién es apto para poseer un perfil en Facebook o en Twitter? Será que si Mark Zuckerberg se diera cuenta de la brillante idea les permitiría ser parte de la red social con más usuarios en el mundo? Pecando de adivino, diría que esta brillante idea sería desechada por don Mark.
También me he dado cuenta que por estas páginas se procederá a tomar medidas legales para “enjuiciar” a los fantasmas creadores de las mismas. Craso error, en Nicaragua no se ha aprobado una Ley de Delitos Informáticos, lo que existe en este bello país es un anteproyecto de Ley. Si las/os afectadas/os se deciden por visitar las oficinas de nuestra Policía Nacional estarían cometiendo un absurdo. Ya me imagino al Oficial tomando la declaración con cara seria y con su impecable uniforme diciéndole que sin Ley no hay delito.
Otras opiniones más cavernarias y temerarias auguran un soberano pleito de perros. Dónde volaran patadas y trompadas, descargando la furia y la impotencia sobre cualquier cristiano/a que se le atraviese en el camino. No creo que sea la solución. La solución más viable, más sensata y más civilizada es la que el mismo Facebook te proporciona. Si hay un contenido que nos resulte ofensivo porque ataca nuestra integridad, nuestra ideología o cualquiera de nuestra creencia, podemos reportarla y entre más reportes tenga está página más rápida será la clausura de la misma.
Mi opinión en este caso es que hay gente que si es vaga, ridícula e insolente. No entiendo el objetivo de crear perfiles para supuestamente vulgarear a determinadas personas y destruir su honra. No entiendo el objetivo de hacer drama con semejante pérdida de tiempo. Doy gracias al Colochón que mis 230 amigos en Facebook no son drama queen. Que prácticamente nadie se ha pronunciado sobre la vil payasada y también me doy cuenta que voy a negarme haber escrito este blog. Bueno, tal vez los creadores de las mentadas páginas querían recordar la secundaria. Juventud, divino tesoro.
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