El
gobierno de don Daniel Ortega y doña Rosario han lanzado otra papa caliente al
ruedo. Según el Pueblo Presidente se
debería de aumentar el número de concejales para poder tener una democracia
directa en vez de una democracia representativa y aburguesada.
Me
parece que con esta propuesta, Daniel Ortega pretende erigirse como el Papa
Gobierno, creando mas puestos de trabajo por medio del Estado. Pero aparte de populista, esta
iniciativa vendría a aumentar costos de nuestro paupérrimo presupuesto. De dos
mil 178 concejales, incluidos propietarios y suplentes se pasaría a seis mil
534.
¿Cuál
es el trasfondo real de este soberano disparate? Es una forma de premiar la
fidelidad de sus allegados. Pero también una forma de desnudar la mediocridad
de los famosos CPC.
Uno
de los objetivos de los Consejos del Poder Ciudadano era la de fortalecer la
democracia directa por medio de un tendido en el barrio, comarca, caserío, etc.
Pero los resultados son otros, se sabe que los CPC solo han servido para
repartir láminas de zinc y para firmar avales políticos, de ahí, su efectividad
es nula.
Estoy
seguro, muy a pesar de la aplastante mayoría del FSLN, que esta iniciativa
pasará sin contratiempos, con más de 80 votos a favor, esto debido a la
inoperancia de los diputados de la BDN y los dos del PLC. En toda esta
legislatura, todas las leyes que se han aprobado en la Asamblea han contado con
el Si de la oposición. La única que contó con la negativa de los opositores fue
la de solicitar al Congreso
Norteamericano y al Presidente Barack Obama que ponga en libertad a los espías
cubanos alegando razones humanitarias. Algo que en definitiva contribuye a la
bienandanza de nuestro país.
De
seguir con estas actuaciones, Nicaragua cada vez más parecerá una finca y los
retazos de nuestra República quedarán para la historia. La culpa de esto se
debe de achacar a nuestra indiferencia. No podremos reclamar ni explicar a
nuestra descendencia lo que nunca fuimos capaces de detener.
El
Presidente inconstitucional debe de estar tranquilo en palco, viendo como sus
designios son cumplidos a cabalidad. Bien por el y una merecida bofetada para
nosotros los apáticos.