martes, 28 de junio de 2011

El bote de los cangrejos


Nicaragua es el país de los sagaces, si nos midieran el IQ a la totalidad de la población, estoy seguro que la mayoría absoluta sería certificada como súper dotada. Debido a la increíble cantidad de ciudadanos con una inteligencia superior a la media vivimos enfrascados en constantes luchas de poder, algunas veces para farandulear, ora para desestresarnos, ora para molestarle la vida al consideramos que está errado.
Ante tanta sapiencia es común que nos edifiquemos como impolutos, como catedráticos de las buenas costumbres, como los sin mácula. Si algo nos parece que está reñido con la ética y la moral, vale aclarar que es una moral definida por nosotros los semidioses, enfilamos nuestros cañones hacia el oponente y descargamos toda nuestra artillería para aniquilarlo.
Escribo esto debido al revuelo que ha causado en las redes sociales la organización de una marcha denominada: La marcha de los encachimbados. No conozco a los organizadores, no sé si toman Ron Plata en sus oficinas, no sé si viven de una beca que les da UNEN, tampoco si reciben financiamiento de una ONG internacional. Su lucha me parece más congruente que gritar desde Twitter lo que me descontenta del gobierno autoritario que se encamina a construir un régimen represivo, donde caben los que tienen la Carta Política que les emite el CPC de su barrio. Donde a los que somos opositores nos llaman oligarcas aunque no tenga más de 100 pesos en mi billetera. No entiendo el motivo de una parte de la población para desgastar a los organizadores, talvez porque se les fueron arriba con la idea, talvez porque no son del mismo movimiento o talvez porque los nicas somos expertos en criticar a los otros, amparándonos bajo declaraciones que parecen dogmas vaticanos o bulas papales.
Me encachimban muchísimas cosas que hace el desgobierno actual, me encachimba la opulencia en la que viven sus dirigentes, me encachimba que el Repliegue parezca una procesión católica, donde el Santo va resguardado por 54 policías, en su Mercedes, cuando esos 54 policías podrían cuidar a 25,000 nicaragüenses.
Pero lo que más me encachimba es que Nicaragua sea un balde de cangrejos, donde nadie puede subir porque tres cangrejos más quieran subir primero que vos y el resto de cangrejos haga todo lo posible por bajarte. No entiendo cómo podemos pedir la unidad de las fuerzas opositoras si los que la exigimos actuamos con más saña y con más voracidad que los “líderes democráticos”
La unidad empieza desde abajo, vos y yo podemos lograr que los políticos se unan, pero no mortereando a los otros que, al final, desean lo mismo. Es por esa actitud que los nicas no podemos exigir nada, es lo que nos tiene relegados a vivir bajo dictaduras, tiranías y líderes fascistas. Que mal que después que ha corrido tanta agua bajo el puente sigamos haciendo lo mismo. No tenemos remedio.